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Utilitaria, Comunitaria y Libertas

Julia Alcolado - 15 de marzo, 2020
¿Cómo se enfrentarían las diferentes teorías políticas al COVID-19? 
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Un aspecto común a todas las sociedades es, sin duda, que progresan constantemente y, todo el progreso que se realiza, mejor o peor, lineal o con recesos, busca un fin. Las teorías políticas tienen como objeto no solo establecer el fin último al que se ven orientadas las sociedades, sino que nos dan las pautas para conseguirlo, y las justificaciones necesarias para creer que ese fin y esos medios son los mejores. Sin embargo, tenemos razones para considerar que existe un aspecto que en su mayoría tienen olvidado, y es aquel que precisamente no podemos controlar al completo: la naturaleza. El comportamiento humano o los ciclos económicos son condiciones que podemos predecir e incluso, en ocasiones, controlar casi con total exactitud, mientras que la naturaleza siempre puede poner retos poco predecibles por delante y, no siempre tenemos las respuestas necesarias, ni incluso las tienen teorías políticas. 
 
En la lectura que inspira estas reflexiones, Las aventuras del profesor Caritat del autor Steven Lukes, el protagonista emprende un viaje con el propósito de buscar el mejor de los mundos, aquel sistema que garantice un adecuado Estado de Bienestar, libertades individuales, derechos humanos, y una comunidad que permitan a la persona un completo desarrollo de sí misma. Vamos a ver como tres mundos (Utilitaria, Comunitaria y Libertas)  articulados según tres teorías políticas diferentes en su forma más pura (utilitarismo, comunitarismo y libertarismo), harían frente a una situación para cuyo caso no tienen unas líneas de actuación predefinidas, como sería una emergencia de salud pública. En la actualidad podemos apreciar como esta situación no afecta solo a los sistemas de salud, sino al gobierno o a la sociedad y sus valores. Pongámonos entonces en el caso de que cada uno de los mundos se ve afectado por la pandemia actual del COVID-19, pudiendo así ver como cada uno de los factores más determinantes del mundo reaccionarían y si estarían verdaderamente preparados para hacer frente a esta situación, al ser sistemas que se autoproclaman perfectos pues, es en este tipo de situaciones en los que se aprecia verdaderamente la fortaleza o la debilidad de sus sistemas. 
 
Sin duda la primera cuestión que se nos pasa por la cabeza es cómo afectaría a los sistemas sanitarios de los distintos mundos, que sería naturalmente, el sector más necesario y afectado en un principio. 
En nuestro primer mundo, Utilitaria, todas sus actuaciones están consagradas al bienestar global  y eso conlleva un sistema que garantiza a todas las personas lo necesario (cuidados sanitarios, educación, vivienda, etc.) para que puedan maximizar sus capacidades y contribuir a la sociedad. En este caso, toda la sociedad tendría garantizada un servicio sanitario adecuado, pues se poseen los recursos necesarios para proporcionarlo y nadie tendría que pagar por ello. Sin embargo, nos encontramos con el único problema de que, debido a que su máximo fin es la utilidad, el tratamiento solo se suministraría a aquellas personas que tuvieran perspectiva de mejora y pudieran continuar siendo útiles para el bienestar general después de la enfermedad; y a las personas cuyas expectativas no fueran positivas, se les dejaría ir. 

Por otra parte en Comunitaria, mundo consagrado en la posición de igualdad de todas las comunidades, supondría que a todas se les proporcione por igual y sin ningún tipo de discriminación los distintos servicios del Estado, incluyendo la sanidad, a diferencia de Utilitaria, que no lo hace de manera global. Aunque debemos recordar que Comunitaria aboga también por una política del bien común, es decir, consideran que cada comunidad tiene una concepción independiente de lo que es la buena vida y, por lo tanto el Estado no puede obligar a que todas sometieran a sus miembros al tratamiento por lo que, si una comunidad decide no someterse a él en base a sus principios, estaría en su pleno derecho a pesar de poder tener consecuencias indeseadas para el resto de comunidades, que correrían un mayor riesgo de contagio. 

Y, por último, en Libertas a pesar de que seríamos libres de decidir si someternos al tratamiento o no pues lo más importante aquí es garantizar la libertad de elección de las personas como individuos, como sostiene su teoría política inspiradora, esta oportunidad realmente no llega a todo el mundo debido a que la economía liberal limita la actuación del Estado en lo relativo a políticas sociales, y la atención sanitaria pública, una justicia distributiva, según autores como Nozick implicaría una redistribución de los bienes en contra de la voluntad de las personas, siendo inmoral e injusto desde la perspectiva libertaria. Por lo tanto, en este mundo solo las personas que se pudieran permitir y quisieran el tratamiento podrían adquirirlo, algo que al igual que en Comunitaria supondría un perjuicio para la comunidad en general pues, podría derivar en un mayor riesgo de contagio y sus consecuencias indeseadas.
 
Por otra parte, un asunto muy importante serían los efectos en otros sectores como la economía o las políticas económicas llevadas a cabo, partiendo de que existen los recursos suficientes en cada uno de los sistemas para tratar la enfermedad, viéndose así sobre que base se llevarían a cabo los proyectos económicos. 

De manera sucinta, la economía en Utilitaria, al igual que el resto de economías ante esta situación, se vería alterada debido a la redistribución de presupuesto, dado que se debería destinar mayor parte a la sanidad; sin embargo, en este sistema el recorte en otros aspectos y la redistribución no plantearía graves cuestiones pues , este sistema cuenta con la legitimidad y legalidad suficientes para llevar a cabo las medidas que se consideren más útiles. 

Asimismo, Comunitaria optaría por esa misma redistribución y llevaría a cabo otras series de medidas más cooperativas entre comunidades, es decir, en el caso de que algunas se pudieran ver más afectadas que otras por la pandemia, colaborarían entre sí al ser la economía de todas una corresponsabilidad, como expuso Amitai Etzioni en su paradigma de la socio-economía, que sostiene que los mecanismos de decisión económicos no siempre son racionales, sino que también pueden darse afinidades culturales que lleven a tomar decisiones económicas que en otros sistemas como el de Utilitaria no serían siquiera sopesadas al no ser las más útiles. 

Y por último, en Libertas, no cabe mencionar ningún tipo de política económica pues en la sanidad la intervención estatal es inexistente, aunque es cierto que la economía se vería mejorada, al contrario de lo que ocurre en los otros mundos pues, al no ofrecer la sanidad como un servicio público, el Estado no se vería perjudicado y las empresas privadas sanitarias verían un notable incremento de la demanda y las acciones relacionadas con la sanidad subirían considerablemente, lo cual beneficiaría a su vez a los accionistas, una pequeña parte de la sociedad. Aunque a pesar de esto, el gobierno sería enormemente criticado  debido a que la gran parte de la sociedad no se podría permitir el tratamiento como consecuencia del aumento de precios por la alta demanda y, su falta de actuación llevaría a la deslegitimación del gobierno.
 
Y el último aspecto que debemos analizar es la sociedad en su conjunto, cómo se enfrentarían a este problema las personas en base a los valores que poseen, el sistema de poderes existente y su pensamiento propio como individuos. En este aspecto, debemos señalar que Utilitaria y Comunitaria son muy similares pues, ambos imponen unos sistemas de valores o legislativos muy específicos que marcan unas pautas de actuación y pensamiento a las personas muy concretos, que no se preocupan por el yo individual. En Utilitaria, para que el sistema utilitarista sea efectivo se debe prescindir de la pluralidad de fines individuales, que no suelen contribuir al bienestar general, por lo que, se renuncia a la individualidad de las personas con el objetivo de una prosperidad común, un modelo conductual generalmente aceptado pues el funcionamiento de la sociedad es bastante correcto, y los detractores, a pesar de haberlos, son escasos, en gran parte porque el sistema de judicial y las fuerzas de seguridad al buscar estrictamente la utilidad y no la justicia, basa sus actuaciones en detener a todo aquel que pudiera alterar el funcionamiento normal de la comunidad a pesar de que las acusaciones no estuvieran realmente fundamentadas. Además, el desarrollo en las personas de un pensamiento centrado en los derechos individuales, contrario a la moral utilitaria, no se ve incentivado por el sistema educativo porque va en contra del bienestar colectivo, por lo que es complicado que las personas tengan un pensamiento propio y, consecuentemente la sociedad no se vería movilizada por este caso porque no creen que hubiera mejor solución posible para el bienestar colectivo que la propuesta.

​Por otra parte en Comunitaria, existe un modelo social centrado en el sentimiento de pertenencia a una comunidad propia, un vínculo muy fuerte entre la persona como individuo a la forma de vida de su comunidad pues, se considera su identidad propia; sin embargo, a diferencia de Utilitaria, aquí sí se promueve el conocimiento de los diferentes modelos de las comunidades, lo que ofrece una visión más global de las posibilidades existentes que permiten a las personas crearse un pensamiento propio, aunque de nuevo, la voluntad del individuo de autodeterminación se ve bastante limitada por la legislación y los modelos de las comunidades, que permiten una escasa movilidad social entre estas. Aunque aquí quizá si supusiera una mayor movilización social debido al conocimiento de la existencias de otras formas de vida, como son las diferentes comunidades, y el hecho de que unas puedan funcionar mejor que otras en esta situación, provocaría que algunas personas buscaran cambiarse de comunidad, o criticar a la propia. 

Y, por último, en Libertas, podemos afirmar que la sociedad se movilizaría en su gran mayoría pues, este sistema es el que mayor pensamiento propio y desarrollo moral nos permite, ya que no nos impone sistemas de pensamiento y las personas son libres de cuestionar las prácticas políticas o económicas existentes; es por todo ello por lo que, gran parte de la comunidad se manifestaría en contra del aumento de los precios en los servicios sanitarios o por la falta de control de la enfermedad. 
 
Con respecto a la cuestión que nos planteábamos acerca de cuál es el mejor de los mundos, de manera imparcial y objetiva, no cabría duda de que Utilitaria sería el mundo cuyo sistema presenta la mayor fortaleza ante una crisis sanitaria de este calibre. No obstante, me veo obligada a decir que este no es el mejor sistema en sí mismo, sino únicamente en comparación con los otros dos y en esta situación en concreto; pues, no podemos decidir qué mundo es mejor únicamente analizándolos en base a un supuesto posible pero ciertamente improbable. Pero lo cierto es que no vamos a encontrar en el sistema de estos mundos, ni en ninguno de los existentes, el mejor de los mundos pues, todos ellos tienen sus deficiencias. 
 
Y a pesar de que pudiéramos pensar que la solución para crear el mejor de los mundos sería combinar los mejores aspectos de cada uno de ellos, como el Estado de Bienestar de Utilitaria con las libertades que nos otorga Libertas y la cohesión social de Comunitaria, esto es algo utópico. La dificultad de lograr ese mundo perfecto reside precisamente en que las personas, creadoras de los sistemas que rigen el mundo, no somos perfectas, y es por ello por lo que no existe y dudo que llegue a existir el mejor de los mundos, porque unos seres imperfectos no pueden crear algo perfecto. Sin embargo, algo que podemos afirmar con total certeza es que, el ser humano progresa y mejora con el tiempo, y son la experiencia y los fallos los que permiten esto, y aunque nunca lleguemos alcanzar ese ideal al que aspiramos, sin duda podremos acercarnos a él y, mientras se avanza, se hará frente a las crisis que se planteen de un modo u otro.
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