Es una realidad en muchos sitios, pero la zona denominada Serranía Celtibérica lidera el ranking en las zonas menos pobladas de toda Europa. A esta zona se le denomina la “Laponia del sur” por tener una densidad de población inferior a este territorio inhóspito en la zona del círculo polar. Además de tratar de la pérdida de población, la despoblación tiene asociados muchos más aspectos. Son tradiciones, maneras de hacer, costumbres, culturas, vidas, recuerdos y pasados que desaparecen para difícilmente ser recuperados.
Ahora que se producen paralelamente los juicios por los atentados de París y Barcelona, se me han revuelto una serie de emociones que necesitaba compartir. Cuasi terapéuticamente. Todos recordamos dónde estábamos en algunas de las barbaries y atentados más sonados de nuestra historia reciente: en el secuestro de Miguel Ángel Blanco, en el 11-S, en el 11-M, en el 17-A... Para muchos es un recuerdo que les marcaría para siempre, en un sentido u otro. Un recuerdo que tendrán tan nítidamente guardado en la memoria como el de dónde estaban cuando Iniesta marcó el gol del Mundial. Ay, Iniesta de mi vida. Qué tiempos aquellos.
Más de 230 millones de estadounidenses están llamados a las urnas el próximo 3 de noviembre. Pero, ¿qué os parecería si os dijéramos que tan solo 537 votos pueden ser los determinantes para proclamar a un ganador? Cuesta imaginar, lo sabemos, aunque esto ya ocurrió hace 20 años en la contienda electoral entre el republicano George H. Bush y el ex vicepresidente demócrata Al Gore. Pero para entender este suceso debemos fijarnos en su sistema electoral.
Un fantasma recorre los Estados Unidos de América. El día 3 de noviembre de 2020 es uno de los fenómenos más importantes del mundo. Parece paradójico que introducir papeles en una urna para decidir quiénes tomarán decisiones en cierto país del hemisferio norte, pueda suponer un fenómeno mundial, y afecte incluso a aquellos que voluntariamente se alejan de la hoy día ciencia de la confrontación y debate, la ciencia política.
El pasado para el hombre colmena es un ave fénix. Muere y renace de sus cenizas constantemente. El culto a la memoria se convierte en el culto a la desmemoria.
"En los ojos de Cánovas y en los de nuestros grandes hombres luce la llama del espíritu de una nación milenaria, una nación que no se resiste a perecer, una nación que, como dijo Bismark, siempre resiste a pesar de que muchos desde dentro se empecinen en destruirla"
No sorprendo a nadie al afirmar que el PP se está enfrentando a uno de los momentos más delicados de la historia del partido. La mayor parte de los opinólogos y todólogos profesionales se enzarzan, en mi opinión, en nimiedades. La destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del Partido Popular no es más que la punta del iceberg de un problema mucho más profundo, mucho más amplio, si cabe, que es el de la propia razón de ser del Partido Popular como la principal fuerza política de la derecha española. La labor del crítico es la de separar la paja del grano, la de distinguir entre el prestidigitador y sus sombras, la de servirle de lazarillo al prisionero para que este consiga por sí solo escapar de la caverna.
Desde la adolescencia Hegel me ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza. Cuando uno opta por abandonarle, silenciarle y dedicarse a la lectura de otros autores con no menos nombre y obras igualmente ejemplares (y más sencillos de entender, por supuesto), la voz de Hegel resuena en muchas de sus páginas como si de un eterno susurro en la oscuridad se tratara. El vendaval nunca amaina. A veces pasa más desapercibido. Suelen ser las menos. Otras irrumpe con sonoro estruendo amenazando incluso con ahogar la voz de sus críticos, críticos que erigen sus propios sistemas únicamente como contrapunto al faústico monumento a la verdad que la obra de este señor ha representado durante siglos.
Nuestras sociedades son fruto de un pacto tácito intergeneracional, un pacto bastante distinto de un contrato o de cualquier documento al uso. Hay algo que nos trasciende a todos como individuos y como voluntades, y esto es el respeto hacia los que ya no están y la responsabilidad hacia los que están por venir.
Desde el día 11 de mayo algunos territorios de nuestro país han entrado en la fase uno del plan de desescalada elaborado por el gobierno para ir avanzando así hacia la denominada “nueva normalidad”. Esta nueva normalidad va a asemejarse a la situación actual, en la que tenemos que mantener una distancia de seguridad, tanto por la seguridad de nuestros conciudadanos como por la nuestra, al menos, en mi opinión, hasta que se consiga una vacuna que nos haga inmune a este virus, la COVID-19.
El mundo en el que vivimos se rige por la entropía o lo que, cotidianamente, podemos llamar desorden, la tendencia hacia el caos. La Segunda ley de la Termodinámica arroja uno de los mayores retos del ser humano en este planeta: contenter el caos hacia el que se dirige nuestro entorno, la Tierra, el universo, para conseguir sobrevivir. Y no solo eso, para conseguir progresar.
Son tiempos difíciles. Tras años nadando en las procelosas aguas de la incertidumbre, recuperados tan sólo en parte del último crack económico, nos hallamos instalados ahora en el silencio. Un silencio que duele, pues nos obliga a parar y a mirarnos al espejo. Quizá no éramos tan brillantes como pensábamos, quizá portábamos claroscuros que la levedad y rapidez del mundo artificial en el que vivíamos nos había conducido a olvidar. Quizá y sólo quizá, nos parecíamos más a los millones de humanos imperfectos que nos precedían y a los que siempre consideramos diferentes a nosotros.
Todo el texto es en sí mismo mensaje, grito desgarrador de desesperación a la vez que una tenue luz en una habitación lúgubre y abandonada, sumida en la más absoluta oscuridad salvo por una pequeña vela en la mesita de noche que se resiste a perecer. Resiste a pesar de que las horas, los días, las semanas, juegan en su contra. Resiste porque sabe que fuera de la luz no queda nada para ella. Rodeada de oscuridad y muerte, enfrenta su destino y se aferra a un soplo de esperanza que puede que lo único que le brinde sea sufrimiento y agonía. Quiere perseverar en su ser. Luchará hasta el último suspiro porque así sea. El milagro de la vida. Maravilloso, ¿verdad?
Muchos comentaristas y opinólogos profesionales hablan de un cambio de ciclo, hablan de una crisis que hará tambalearse los fundamentos del viejo orden, un viejo orden al que no aciertan a ponerle cara. Ni siquiera aciertan a ponerle un nombre. Somos conscientes de que algo se mueve, soplan vientos de cambio pero no acertamos en convenir en qué consistirá ese cambio exactamente.
A raíz de lo acontecido estos últimos días por la crisis internacional que ha provocado el Coronavirus, muchos se llevan las manos a la cabeza ante el futuro poco halagüeño que enfrentan las economías europeas en el corto y medio plazo.
Estos días se ha criticado a un famoso economista, liberal y tuitero por defender duras medidas para frenar el coronavirus, Juan Ramón Rallo. Durante mucho tiempo ha estado defendiendo una reducción drástica del Estado, hasta el punto de querer privatizar la sanidad y la educación, algo considerado prácticamente imposible en España, defendiendo el establecimiento de sistemas sanitarios como el de Singapur, por ejemplo. No obstante, estos días está defendiendo una participación más amplia del Estado en la vida pública. ¿De verdad ha cambiado tanto su opinión?
Enrique Collada Sánchez y Dani Mayán - 17 de febrero, 2020
Innovación es una palabra de moda, sobre todo asociada al mundo empresarial y, más en concreto, al tecnológico. Pero la innovación tiene un valor importante en muchos más ámbitos. Tiene que ver con hacer las cosas de forma nueva o distinta, para que el resultado sea mejor.
Querido lector, te hago una pregunta, ¿te resulta fácil distinguir la verdad de lo que no lo es? Cierto es que la lógica nos invita a pensar que es más fácil que nunca, pues llevamos una biblioteca en el bolsillo, ¿no es así? Sin embargo, vivimos en la era de las fake-news. Y éstas no serían tan relevantes si no fuese porque nos las tragamos como sociedad, con los peligros que esto implica para la convivencia, para la democracia, para retos globales, etc.