INICIO DE LA DESESCALADA, INICIO DE ACTITUDES IMPRUDENTES
Andrés Vega Sánchez - 19 de mayo, 2020
Desde el día 11 de mayo algunos territorios de nuestro país han entrado en la fase uno del plan de desescalada elaborado por el gobierno para ir avanzando así hacia la denominada “nueva normalidad”. Esta nueva normalidad va a asemejarse a la situación actual, en la que tenemos que mantener una distancia de seguridad, tanto por la seguridad de nuestros conciudadanos como por la nuestra, al menos, en mi opinión, hasta que se consiga una vacuna que nos haga inmune a este virus, la COVID-19
Dentro de la fase uno, se contempla la posibilidad de poder visitar a familiares y amigos o de ir a bares a tomar una cerveza o un aperitivo, siempre y cuando se cumplan estrictamente las medidas de prevención para evitar que el virus siga avanzando. Lamentablemente, en muchos casos se está haciendo caso omiso a estas indicaciones. Todos hemos visto por redes sociales como grupos de jóvenes se están reuniendo sin cumplir con la distancia de seguridad, dándose abrazos y paseando por las calles sin ningún tipo de precaución. Los jóvenes somos los primeros que deberíamos estar concienciados sobre lo que supone la propagación de este terrible virus y los efectos que puede tener sobre los colectivos vulnerables como nuestros mayores, pero también para los no vulnerables, ya que se han dado casos en los que personas sin patologías previas y en buen estado de salud han fallecido lamentablemente como consecuencia de haberse contagiado.
En opinión, tenemos que pensar en aquellas personas que han fallecido, con una historia detrás, con hijos, pareja, nietos, hermanos, amigos, etc. No son cifras, son personas. Si queremos frenar los contagios, que se reduzca el número de fallecidos, aumente el número de curados y salgamos cuanto antes de esta situación que nos ha tocado vivir, tenemos que dar ejemplo cada uno de nosotros, empezando por no tener una actitud egoísta o poco cívica burlando las restricciones decretadas. Es duro no poder tener muestras de afecto con nuestros seres queridos, pero más duro es estar en el hospital durante un largo tiempo hasta que se esté seguro de que ha desaparecido el virus del organismo. Además, se puede también interpretar como una falta de respeto al sacrificio que están haciendo el personal sanitario, policías y guardias civiles, personal de limpieza y demás sectores que trabajan por nuestro bienestar. No se ponen en riesgo por nuestra seguridad para que grupos de irresponsables propaguen más aún el coronavirus y estemos todos expuestos a este durante más tiempo.
Pido que se haga un ejercicio de responsabilidad. Usad mascarillas, usad geles hidroalcohólicos, respetad la distancia de seguridad, seguid las instrucciones que se han dado y no os pongáis en riesgo a vosotros mismos ni a los demás. Prudencia, por favor.
Dentro de la fase uno, se contempla la posibilidad de poder visitar a familiares y amigos o de ir a bares a tomar una cerveza o un aperitivo, siempre y cuando se cumplan estrictamente las medidas de prevención para evitar que el virus siga avanzando. Lamentablemente, en muchos casos se está haciendo caso omiso a estas indicaciones. Todos hemos visto por redes sociales como grupos de jóvenes se están reuniendo sin cumplir con la distancia de seguridad, dándose abrazos y paseando por las calles sin ningún tipo de precaución. Los jóvenes somos los primeros que deberíamos estar concienciados sobre lo que supone la propagación de este terrible virus y los efectos que puede tener sobre los colectivos vulnerables como nuestros mayores, pero también para los no vulnerables, ya que se han dado casos en los que personas sin patologías previas y en buen estado de salud han fallecido lamentablemente como consecuencia de haberse contagiado.
En opinión, tenemos que pensar en aquellas personas que han fallecido, con una historia detrás, con hijos, pareja, nietos, hermanos, amigos, etc. No son cifras, son personas. Si queremos frenar los contagios, que se reduzca el número de fallecidos, aumente el número de curados y salgamos cuanto antes de esta situación que nos ha tocado vivir, tenemos que dar ejemplo cada uno de nosotros, empezando por no tener una actitud egoísta o poco cívica burlando las restricciones decretadas. Es duro no poder tener muestras de afecto con nuestros seres queridos, pero más duro es estar en el hospital durante un largo tiempo hasta que se esté seguro de que ha desaparecido el virus del organismo. Además, se puede también interpretar como una falta de respeto al sacrificio que están haciendo el personal sanitario, policías y guardias civiles, personal de limpieza y demás sectores que trabajan por nuestro bienestar. No se ponen en riesgo por nuestra seguridad para que grupos de irresponsables propaguen más aún el coronavirus y estemos todos expuestos a este durante más tiempo.
Pido que se haga un ejercicio de responsabilidad. Usad mascarillas, usad geles hidroalcohólicos, respetad la distancia de seguridad, seguid las instrucciones que se han dado y no os pongáis en riesgo a vosotros mismos ni a los demás. Prudencia, por favor.