¿CULTURA O POLÍTICA?
Andrés Vega Sánchez - 17 de Febrero, 2020
La jota aragonesa, la semana santa sevillana, malagueña o burgalesa, el flamenco, las fallas valencianas, el carnaval gaditano y el carnaval canario…
Vivimos en un país en el que hay una gran diversidad cultural. Cada pueblo, ciudad o provincia tiene sus propias peculiaridades y un patrimonio único. Lamentablemente, vivimos en una época en la que los diferentes nacionalismos presentes en nuestro país están utilizando la riqueza cultural de sus territorios para diferenciarse del resto del país. Pero no se diferencian de una forma positiva para atraer el turismo y propiciar el crecimiento de los pueblos o simplemente por estar orgulloso de sus tradiciones, sino todo lo contrario : la cultura está siendo utilizada de forma excluyente y como arma arrojadiza de tal forma que lo que se busca es un elemento diferenciador para atribuirse los aspectos culturales peculiares y con ello hacer populismo. Esto es extremadamente dañino ya que la pluralidad de costumbres y tradiciones que tiene España no se pretende utilizar como un instrumento para potenciar la visibilidad de sus territorios tanto hacia dentro como hacia fuera, sino que ya estamos hablando de una instrumentalización política de la cultura.
Llegados a este punto, cabe plantearse una cuestión: ¿Se puede hacer política con la cultura? En mi opinión, la respuesta es clara, rotundamente NO. Lo que hay que hacer más bien es política EN la cultura, es decir, fomentar las actividades culturales , llevar a cabo políticas para conservar el patrimonio de forma correcta, contando con expertos que asesoren…
Las múltiples tradiciones y culturas en nuestro país deben ser un motivo de unión: esto es uno de los elementos más importantes que hace de España uno de los países más ricos culturalmente de Europa e incluso me atrevería a decir que del mundo.
Para concluir, me gustaría remarcar que toda la diversidad cultural es un motivo para sentirse orgulloso de nuestro país y no al contrario, como los movimientos independentistas y nacionalistas están tratando de hacer creer.
Vivimos en un país en el que hay una gran diversidad cultural. Cada pueblo, ciudad o provincia tiene sus propias peculiaridades y un patrimonio único. Lamentablemente, vivimos en una época en la que los diferentes nacionalismos presentes en nuestro país están utilizando la riqueza cultural de sus territorios para diferenciarse del resto del país. Pero no se diferencian de una forma positiva para atraer el turismo y propiciar el crecimiento de los pueblos o simplemente por estar orgulloso de sus tradiciones, sino todo lo contrario : la cultura está siendo utilizada de forma excluyente y como arma arrojadiza de tal forma que lo que se busca es un elemento diferenciador para atribuirse los aspectos culturales peculiares y con ello hacer populismo. Esto es extremadamente dañino ya que la pluralidad de costumbres y tradiciones que tiene España no se pretende utilizar como un instrumento para potenciar la visibilidad de sus territorios tanto hacia dentro como hacia fuera, sino que ya estamos hablando de una instrumentalización política de la cultura.
Llegados a este punto, cabe plantearse una cuestión: ¿Se puede hacer política con la cultura? En mi opinión, la respuesta es clara, rotundamente NO. Lo que hay que hacer más bien es política EN la cultura, es decir, fomentar las actividades culturales , llevar a cabo políticas para conservar el patrimonio de forma correcta, contando con expertos que asesoren…
Las múltiples tradiciones y culturas en nuestro país deben ser un motivo de unión: esto es uno de los elementos más importantes que hace de España uno de los países más ricos culturalmente de Europa e incluso me atrevería a decir que del mundo.
Para concluir, me gustaría remarcar que toda la diversidad cultural es un motivo para sentirse orgulloso de nuestro país y no al contrario, como los movimientos independentistas y nacionalistas están tratando de hacer creer.